jueves, 3 de mayo de 2012

¿Tienen los parias de la vida, patria?

¡PUEBLO LATINOAMERICANO! UNÍOS HOY MÁS QUE NUNCA, PARA COMBATIR CON LAS ARMAS DE LA INTELIGENCIA, EL CAPITALISMO DE ESTADO Y EL CAPITALISMO PRIVADO, QUE OS EXPLOTAN Y CONDENAN AL HAMBRE Y A LA MISERIA.




La palabra patria está tan rancia y sobrecargada de parámetros conceptuales que resulta demasiado abstracta, vaga. El sentido de patria es algo que hoy no es entendido con claridad. La palabra patria es fascinante; a la gente le fascina, sin embargo, no se tiene plena comprensión de ella; existe confusión en relación con esta palabra. Si estudiamos un poco de historia sobre esta palabra, vemos que los bohemios utilizaban la cruz o la “X” como signo de reconocimiento y guiados por este gráfico trazado en un árbol o en cualquier pared, acampaban siempre en el lugar que ocupaban  sus predecesores, juntos al símbolo sagrado que llamaban patria.

Todavía algunos creen que esta palabra es de origen latino. Las tribus nómadas tenían un lema que esforzaban en practicar, “Patria est ubicumque est bene”: “La patria está en todas partes donde se está bien”. 

Según este lema-divisa podemos preguntar, ¿tienen los desplazados una patria? ¿Tienen los hambrientos, los desempleados, los indigentes, una patria? Cierta vez me encontraba en un sitio donde, para ese entonces, se estaban reclutando unos jóvenes para el ejército, entre éstos cayó uno que era el sostén de su abuela. A ella le fueron a dar esta terrible noticia. Muy dueña de si misma, se colocó sus “pantuflas”  y se dirigió hacia el lugar donde lo tenían “retenido contra su voluntad”, y al llegar  allí buscó al jefe de esta operación y le dijo: “Vengo para que me entregue a mi hijo” (así lo consideraba ella).  Aquel militar le respondió amablemente: “No puedo abuelita, pues él tiene un gran compromiso con su patria”.  ¿Cuál patria? -respondió ella- Mi hijo no tiene patria ¿Cuándo su jefe y el jefe de su jefe le han dado a él un plato de comida, un par de calzado, o una vivienda? No señor, si se lo lleva es por encima de mi cadáver”. Y entre frases, de un lado y de otro, los ánimos de la gente que se encontraban en ese lugar se fueron exaltando, y aquel militar muy prudente, para evitar una tragedia, le devolvió a la señora su joven nieto. Pero nos dejó pensando: ¿Tiene este joven, patria? Etimológicamente no, pues patria es “donde te va bien”.

Hoy es muy común que cualquiera manifieste que “hay que defender la patria”; ¿Pero acaso los desamparados tienen patria? ¿Cómo se le puede decir a unos padres de familia que tienen patria cuando los vemos mendigando un pedazo de pan? ¿Y a esos niños inválidos que piden una moneda para comprar una bolsa con agua para calmar la sed, a todos esos desplazados que nadie siente piedad por ellos? A diario nuestra retina registra escenas que conmueven las fibras más profundas del corazón. Por  una parte, los desplazados no valen nada, se les trata peor que a basura, por lo menos a la basura se le recoge, pero a ellos nadie los tiene en cuenta y por otra parte, duele ver a unos gobernantes que no tienen un átomo de compasión por ellos. Mas, sin embargo, se les escucha decir a esos abyetos gobernantes, rodeados siempre de cientos de “gorilas” que los protegen: “Todos tenemos el deber de defender la patria”, o “Tenemos  dolor de patria”. 

Debemos repetir las palabras de un famoso  radio periodista de  la década de los sesenta. “No me hagan reír; pues tengo los labios cuarteados”. El verdadero sentido de patria, sólo se puede vivir íntegramente cuando se tengan gobernantes libres de amos y respeten y hagan respetar  los derechos humanos de los pueblos. Mientras el gobernante que esté sentado en la silla de la primera magistratura reciba órdenes de sus dueños, y las cumpla, éste no podrá ser luz para los gobernados.

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