jueves, 31 de mayo de 2012

IMPUESTOS JUSTOS E INJUSTOS

Todo Gobierno necesita sostenerse con los Impuestos. Los pueblos tienen que cooperar con el Impuesto para sostener al Gobierno. Ningún Gobierno podría sostenerse sin los Impuestos; sería imposible hacer obras públicas sin los Impuestos. Los Gobiernos necesitan de la cooperación de todos los ciudadanos para poder realizar todos sus programas de acción; empero tenemos que reconocer que hay Impuestos justos y también Impuestos injustos.


Resulta injusto sacar el dinero de los bolsillos de los trabajadores para sostener el zanganismo burócrata que favorece a los ricos. Los ricos de todos los países de la América Latina en una u otra forma están relacionados con los monopolios de las grandes potencias capitalistas. Estas potencias dominan totalmente la minería, el algodón, el café, maderas, azúcar, frutas, petróleo, etcétera, etcétera.


Es también sabido, que los plutócratas del mundo suelen dominar indirectamente por medio de inversiones, empréstitos, créditos, compra de valores y certificados de participación, industria de transformación, transportes terrestres, aéreos, marítimos, sociedades de seguros y demás. Los millonarios capitalistas obtienen beneficios extraordinarios de las empresas de los Estados que gobiernan a los países "en vía de desarrollo".

Las grandes potencias capitalistas controlan totalmente la vida económica de los países "en vía de desarrollo". Los plutócratas esclavizan a los pobres trabajadores y los explotan miserablemente con apoyo total de los Gobiernos. Los plutócratas nacionales y los plutócratas extranjeros se apoyan mutuamente y saben muy bien qué es lo que hay que hacer en cada caso.


Detrás de los verdaderos y "legítimos" Gobiernos nominales, están los amos nacionales y extranjeros, las Grandes Sociedades Anónimas, los Poderosos del petróleo...


Ciertas Potencias Extranjeras eligen en secreto el Candidato a la Presidencia que mejor les conviene, en cada uno de los países "en vía de desarrollo", y los pobres pueblos van a las urnas inocentemente, engañados por líderes asalariados de la política local. 


Los plutócratas apoyan el Estado porque les conviene el Estado, ellos saben muy bien que sin el apoyo del Estado no podrían explotar a los infelices trabajadores. Cuando a los plutócratas el gobernante de turno no le permite esta explotación inmisericorde, entonces los medios, a nivel mundial (medios que son de los plutócratas) los tildan de dictadores, anárquicos, violadores de los derechos humanos y cincuenta mil cosas más, y el pueblo hipnotizado por estas falaces informaciones, termina dándole la espalda a su “salvador”… 


Los plutócratas han metido dentro de la Colmena Burocrática, ciertos zánganos que no producen y sí consumen y perjudican. Lo más grave es que dichos zánganos son alimentados y sostenidos en sus puestos con el dinero de los pobres trabajadores.


Resulta injusto saquear los bolsillos de los pobres trabajadores para sostener el zanganismo burocrático. Si un Senador, Representante, o un poderoso de éstos, necesita de tales zánganos con “corbatas”, que ellos mismos los paguen con su dinero. Los trabajadores no tienen por qué sostener con el dinero de su trabajo a dichos zánganos.
SACAR IMPUESTOS DE ENTRE LAS BOLSAS DE LOS INFELICES PARA SOSTENER ZANGANOS INUTILES, ES REALMENTE UN GRAVISIMO DELITO.


Un gran porcentaje de los ingresos de los Gobiernos de los países Latinoamericanos proviene de injustos impuestos. Los pobres trabajadores son los que tienen que pagar dichos impuestos para sostener a los zánganos de la colmena burocrática.


El crimen más espantoso contra los pobres trabajadores, es gravarles sus salarios, sueldos, honorarios, etcétera, en porcentajes que van elevándose cada año y que reducen el nivel de vida de los obreros del músculo y de la inteligencia. Los pobres trabajadores, los hombres del arado, los que trabajan en las vías públicas, los infelices que barren las calles, etcétera, no pueden mandar sus hijos a las Universidades porque hasta las profesiones son para los hijos de los poderosos. En cambio sí se les quita, se les gravan sus salarios, se les grava todo, para sostener los zánganos de la colmena burocrática.


No negamos que los Pueblos necesitan cooperar con sus impuestos, contribuir económicamente para el bien de la Nación, pero que se establezcan justos Impuestos, porque es absurdo explotar a los infelices para sostener a los ricos.


Existen dos Impuestos fundamentalmente útiles e indispensables: 


1. Impuesto a la Producción. 


2. Impuesto al Consumo. 


En ambos se puede establecer justamente la coparticipación del tributo entre la Persona Física y el Estado, separando un porcentaje para la Persona Física.


Actualmente existe un verdadero Caos en los sistemas de Impuestos; se está gravando con Impuestos lo que no debería gravarse y no se está gravando lo que sí debería gravarse. Parece increíble que infelices padres de familia que dependen para su subsistencia y la de su familia, de humildes e insignificantes negocios, se les grave injustamente con multitud de impuestos absurdos. 


Es urgente estudiar exhaustivamente los sistemas de impuestos, seleccionarlos justamente para bien de los pueblos Latinoamericanos.


En eso de los Impuestos se ha llegado actualmente a la corrupción más espantosa cuando se ha gravado con Impuestos a los trabajadores campesinos, A LOS HOMBRES QUE LE DAN DE COMER A LAS GENTES QUE VIVEN EN LA CIUDAD, A LOS HOMBRES QUE ALIMENTAN A LOS PUEBLOS. ¿Qué sería de las multitudes humanas si los trabajadores del campo no llevaran comida a las ciudades? Es fuera de toda duda mucha corrupción gravar con impuestos a los artículos indispensables que los trabajadores campesinos necesitan...


Se necesita realmente ser uno muy perverso como para atreverse a gravar con impuestos aquella mano encallecida que nos está dando de comer. A los trabajadores campesinos no se les debe molestar con impuestos, ELLOS REALMENTE ESTÁN PAGANDO EL DERECHO DE VIVIR LLEVANDO LA COMIDA A LAS CIUDADES, ALIMENTANDO A MILLONES DE SERES HUMANOS...


El estudio de los sistemas de Impuestos es muy delicado y hay que analizarlos realmente muy a fondo en forma profunda, minuciosa, detallada. Son realmente muchos los impuestos que son necesarios suprimir y muchos los impuestos que hay que crear...


viernes, 25 de mayo de 2012

¿Qué acción realizamos para trabajar por la paz?



El error mayúsculo que se comete al trabajar en favor de la paz, ya sea a nivel regional, nacional o mundial, es olvidar que el individuo es la base de la sociedad;  y que por lo tanto  un cambio estructural profundo de la sociedad y del gobierno, debe iniciar desde el individuo, por medio de una educación esencial, que contenga principios sólidos como  libre iniciativa, no imitación, libertad creadora, atención consciente, valor, amor, cómo pensar, saber escuchar, sabiduría, generosidad, comprensión, integración, sencillez, paz, veracidad, vocación, etc.

Si el individuo cambia, cambia la familia, cambia el conglomerado social. Pero hoy, las gentes llenas de teorías sin conocimiento de la política y la economía, pretenden con fórmulas de escritorio resolver el problema de la paz, elaborando reglas para la masa y olvidando a los individuos.

Muchos filósofos, religiosos y politólogos, predicen para las futuras décadas, la desaparición de las guerras y creen que esta humanidad va a pasar por  una transformación social radical. Obviamente, tales profecías fallan, no pasan de ser meros sofismas. ¿Y qué es un sofisma? Una pared sin base. 

Incontrovertiblemente, no es posible que el odio, el egoísmo, el revanchismo, la codicia, la envidia, etc., etc., que cada individuo lleva en su manera de pensar, sentir y actuar pueda crear seriamente un mundo de paz; sería absurdo suponer que con esos valores inhumanos  expresándose en forma colectiva pudieran dar origen a un mundo pletórico de luz y de belleza. 

¿Cómo podemos ser idóneos instrumentos de paz cuando dentro de nosotros están aquellos factores de la discordia que producen guerras?
Ahora, cuando el egoísmo y la violencia se expresan socialmente, entonces aparece sobre el escenario de la vida, la guerra.  

¿Acaso pueden los antivalores valores crear unos tiempos de fraternidad y paz? ¿Con qué obreros vamos a hacer el templo de la paz? ¿Cuáles son esas multitudes bondadosas, altruistas, generosas, capaces de establecer sobre la faz de la Tierra, el esplendor de la paz?
Cualquier persona que posea libre pensamiento cae en cuenta que para poder crear la paz hay que eliminar los valores infrahumanos que producen  la guerra, la violencia, las masacres, el terrorismo, etc., como el odio, egoísmo, codicia, el revanchismo, el resentimiento, subir al tope y hacernos sentir, recelos, etc.; esos defectos psicológicos nos incapacitan para poder abrazar amorosamente la paz.


Cuando el Hermano Francisco de Asís pedía a su Cristo Interno: “Señor, hazme instrumento de Paz”, solicitaba la eliminación de esos elementos psíquicos abominables que se enquistan en la mente y en el corazón como virus letales que nos llevan a odiar terriblemente.

¿Son buenas las oraciones, los cultos, las manifestaciones públicas, las marchas y cosas similares para ayudarnos a lograr la tan anhelada paz? Hay una sentencia que dice: “A Dios rogando y con el mazo dando”. Podemos pasarnos siglos, como ha sucedido, rogándole a Dios por la paz, pero al no producir una acción recta para eliminar esos demonios psíquicos que producen guerras; entonces no habrá paz; porque si pensamos: “Dios es paz” eso es correcto; pero nosotros no demostramos con hechos evidentes, claros y meridianos, que queremos paz. 

Cuando el individuo produzca en su interior psicológico la acción sincera de eliminar los elementos infrahumanos que producen las guerras, entonces, seremos instrumentos, idóneos, capacitados para dar paz…

jueves, 3 de mayo de 2012

¿Tienen los parias de la vida, patria?

¡PUEBLO LATINOAMERICANO! UNÍOS HOY MÁS QUE NUNCA, PARA COMBATIR CON LAS ARMAS DE LA INTELIGENCIA, EL CAPITALISMO DE ESTADO Y EL CAPITALISMO PRIVADO, QUE OS EXPLOTAN Y CONDENAN AL HAMBRE Y A LA MISERIA.




La palabra patria está tan rancia y sobrecargada de parámetros conceptuales que resulta demasiado abstracta, vaga. El sentido de patria es algo que hoy no es entendido con claridad. La palabra patria es fascinante; a la gente le fascina, sin embargo, no se tiene plena comprensión de ella; existe confusión en relación con esta palabra. Si estudiamos un poco de historia sobre esta palabra, vemos que los bohemios utilizaban la cruz o la “X” como signo de reconocimiento y guiados por este gráfico trazado en un árbol o en cualquier pared, acampaban siempre en el lugar que ocupaban  sus predecesores, juntos al símbolo sagrado que llamaban patria.

Todavía algunos creen que esta palabra es de origen latino. Las tribus nómadas tenían un lema que esforzaban en practicar, “Patria est ubicumque est bene”: “La patria está en todas partes donde se está bien”. 

Según este lema-divisa podemos preguntar, ¿tienen los desplazados una patria? ¿Tienen los hambrientos, los desempleados, los indigentes, una patria? Cierta vez me encontraba en un sitio donde, para ese entonces, se estaban reclutando unos jóvenes para el ejército, entre éstos cayó uno que era el sostén de su abuela. A ella le fueron a dar esta terrible noticia. Muy dueña de si misma, se colocó sus “pantuflas”  y se dirigió hacia el lugar donde lo tenían “retenido contra su voluntad”, y al llegar  allí buscó al jefe de esta operación y le dijo: “Vengo para que me entregue a mi hijo” (así lo consideraba ella).  Aquel militar le respondió amablemente: “No puedo abuelita, pues él tiene un gran compromiso con su patria”.  ¿Cuál patria? -respondió ella- Mi hijo no tiene patria ¿Cuándo su jefe y el jefe de su jefe le han dado a él un plato de comida, un par de calzado, o una vivienda? No señor, si se lo lleva es por encima de mi cadáver”. Y entre frases, de un lado y de otro, los ánimos de la gente que se encontraban en ese lugar se fueron exaltando, y aquel militar muy prudente, para evitar una tragedia, le devolvió a la señora su joven nieto. Pero nos dejó pensando: ¿Tiene este joven, patria? Etimológicamente no, pues patria es “donde te va bien”.

Hoy es muy común que cualquiera manifieste que “hay que defender la patria”; ¿Pero acaso los desamparados tienen patria? ¿Cómo se le puede decir a unos padres de familia que tienen patria cuando los vemos mendigando un pedazo de pan? ¿Y a esos niños inválidos que piden una moneda para comprar una bolsa con agua para calmar la sed, a todos esos desplazados que nadie siente piedad por ellos? A diario nuestra retina registra escenas que conmueven las fibras más profundas del corazón. Por  una parte, los desplazados no valen nada, se les trata peor que a basura, por lo menos a la basura se le recoge, pero a ellos nadie los tiene en cuenta y por otra parte, duele ver a unos gobernantes que no tienen un átomo de compasión por ellos. Mas, sin embargo, se les escucha decir a esos abyetos gobernantes, rodeados siempre de cientos de “gorilas” que los protegen: “Todos tenemos el deber de defender la patria”, o “Tenemos  dolor de patria”. 

Debemos repetir las palabras de un famoso  radio periodista de  la década de los sesenta. “No me hagan reír; pues tengo los labios cuarteados”. El verdadero sentido de patria, sólo se puede vivir íntegramente cuando se tengan gobernantes libres de amos y respeten y hagan respetar  los derechos humanos de los pueblos. Mientras el gobernante que esté sentado en la silla de la primera magistratura reciba órdenes de sus dueños, y las cumpla, éste no podrá ser luz para los gobernados.