sábado, 17 de agosto de 2013

Patrones y Obreros Por: SAMAEL AUN WEOR


El conflicto entre patrones y obreros puede resolverse si aprendemos a ver el punto de vista ajeno. Cuando queremos resolver un problema no debemos identificarnos con el problema porque entonces nos convertimos en otro problema. Si queremos resolver el problema que existe entre patrones y obreros, debemos comprender que la solución de todo problema está en el problema mismo, es urgente tener la mente en paz para resolver los problemas. Sucede que cuando los trabajadores quieren resolver el problema de patrones y obreros, se identifican tanto con el problema que se convierten ellos en otro problema que no resuelve nada.


Necesitamos ante todo descubrir cuál es el factor principal que acaba con la PAZ dentro y fuera de nosotros porque la verdad es que en la mayor parte de los casos el error que vemos en otros está dentro de nosotros mismos.

Necesitamos descubrir cuál es la causa del conflicto entre patrones y obreros. Este problema sólo puede hacerse haciendo un enfoque preciso de la situación, esto requiere infinita quietud y suprema paz interior. Conociendo a fondo la causa verdadera del conflicto, este desaparece inevitablemente.

Debemos ser sinceros con nosotros mismos. Muchas veces la causa del conflicto está dentro de nosotros mismos. Realmente nunca sabemos ver el punto de vista ajeno y eso es gravísimo. A veces el patrón es culpable y otras veces el culpable es el trabajador que exige y exige hasta acabar con el patrón del cual vive.

La mayor parte de los problemas de la vida se debe a la falta de paz interior; estamos llenos de infinitas contradicciones y esto engendra discordia y conflictos. Somos pobres y queremos ser ricos, somos obreros y queremos ser gerentes, estamos ganando lo suficiente para vivir humildemente con todo lo necesario y queremos ganar más para sentirnos más poderosos.

Otras veces es el patrón quien crea los problemas, los trabajadores cumplen con su deber y él quiere que trabajen más horas de lo que la ley manda, los trabajadores producen y él quiere que produzcan el doble, los trabajadores exigen lo que es justo y él quiere que no exijan. Todos estos estados de contradicción y de lucha interna engendra problemas terribles, tremendos conflictos entre patrones y obreros, huelgas, paros, etc.

Un análisis de fondo, nos lleva a la conclusión lógica de que todos los problemas existentes entre patrones y obreros están dentro del individuo mismo.

Si realmente patrones y obreros quieren resolver su problema, es urgente que unos y otros se sinceren consigo mismos y resuelvan sus propios conflictos internos. Necesitamos primero estudiarnos a sí mismos para descubrir la causa del conflicto. Todo conflicto externo es tan sólo la proyección de un conflicto interno, los conflictos que vemos fuera están dentro de nosotros mismos.

Es necesario acabar con nuestras propias contradicciones internas si realmente queremos paz. Mucho se ha legislado sobre patrones y obreros, empero sólo por medio de la comprensión profunda se pueden resolver todos los problemas entre patrones y obreros.

El patrón debe enfocar sus problemas, con los trabajadores, honradamente, sinceramente, sin codicia, sin conceptos, sin orgullo, sin ira, etc.

Es urgente que el patrón realice una auto-exploración de sí mismo, de su propio yo, para descubrir el factor que originó el conflicto con sus obreros, es necesario que los obreros hagan lo mismo, que se investiguen a sí mismos sin codicia, sin orgullo, sin vanidad, sin egoísmo, etc., para descubrir dentro de sí mismos la causa que engendró el conflicto. Este estudio sincero de sí mismos es mejor que todos los códigos de trabajo.

La nueva era ha comenzado y si queremos resolver el problema entre patrones y obreros, debemos despertar la llamarada del entendimiento a una nueva actividad creadora. Debemos aprender a ver el punto de vista ajeno. No siempre el patrón tiene la culpa, no siempre el obrero tiene la culpa. Realmente la causa de todo problema está dentro de nosotros mismos.

Antes de protestar contra alguien, antes de hacer un reclamo, debemos examinarnos primero a sí mismos porque puede suceder que el error está únicamente dentro de nosotros y no en el prójimo.

La vida es una sucesión absurda de deseos fugases y vanos. Cuando comprendemos realmente que todos los deseos son vanos y pasajeros, cuando hacemos plena conciencia de que el cuerpo físico fue engendrado en el pecado y que su destino es la podredumbre del sepulcro, entonces desaparecen las vanas ilusiones y las internas contradicciones de la mente. Ciertamente la contradicción surge del deseo, y este de las vanas ilusiones.

La terquedad es un producto de las contradicciones de la mente, la terquedad es un resultado del deseo; muerto el deseo y las ilusiones, se acaba la terquedad y el conflicto.

Patrones y obreros en plena discusión, se aferran a su deseo; unos y otros quieren ver satisfechos sus deseos, unos y otros buscan satisfacción. El resultado de semejante proceder absurdo son los conflictos, el cierre de empresas, los paros indefinidos, etc.

No es justo que los obreros acaben con el patrón porque ellos viven del patrón. No es justo que el patrón acabe con la vida de los obreros porque el patrón vive de los obreros. Se necesita mutua comprensión. Es absurdo que los obreros acaben con el patrón. Es estúpido que el patrón explote a los obreros. El obrero debe aprender a ver el punto de vista del patrón. El patrón debe aprender a ver el punto de vista del obrero.

jueves, 4 de abril de 2013

El Capital: Por Samael Aun Weor.



Carlos Marx dijo: “El capital privado es un robo al pueblo”. 

Nosotros decimos: El capital de Estado es también un robo al pueblo. El sistema marxista-leninista se fundamenta en el capital de Estado. En todo sistema comunista el capital es del Estado.

Emiliano Zapata el gran héroe de la revolución mexicana dijo: “La tierra es de quien la trabaja”. 

El Partido Socialista Cristiano Latino Americano (POSCLA), dice: El capital es de quien lo trabaja. Los obreros trabajan el capital, el capital es de los obreros. La participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas no es un favor que se le hace a los gremios obreros. El capital es de los trabajadores y los dueños titulares son tan solo los administradores.

EL CAPITAL ES DE QUIEN LO TRABAJA

Las utilidades de las empresas deben ser repartidas entre los trabajadores mensualmente porque los trabajadores son socios y no esclavos. Es preferible morir siendo libre, que vivir siendo esclavo. En el sistema capitalista el trabajador es esclavo pagado muchas veces con salarios de hambre. En el sistema comunista, el trabajador es esclavo del Estado, burro de carga del Estado. Los capitalistas y los comunistas son los ladrones del pueblo. Los capitalistas y los comunistas se roban el capital del pueblo.

La Ex URSS tenía un capital de Estado. Estados Unidos tiene un capital privado. Ninguno de los dos sistemas capitalistas puede beneficiar a los trabajadores. 

Ha llegado la hora de las grandes reflexiones, los trabajadores siempre han sido esclavos. La bolsa de los trabajadores es algo muy codiciado, y comunistas y capitalistas se la pelean en estos instantes. El capital existe porque los trabajadores lo hacen, lo crean, le dan forma. El capitalista lo único que hace es explotar la fuerza de trabajo del trabajador. En la Ex URSS el capital era del Estado, pero quien hacía el trabajo, quien creaba el capital era como siempre, el trabajador. El trabajador forma el capital, lo acrecienta, lo agiganta, pero los ladrones se lo roban.

Es necesario que los trabajadores defiendan sus derechos. Todo trabajador debe participar del reparto relacionado con las utilidades de las empresas. Es absurdo excluir a los aprendices y trabajadores domésticos. Todo trabajador debe participar de las utilidades de las empresas. Las madres trabajadoras durante los periodos PRE y postnatales, también deben participar de las utilidades de las empresas.

Los trabajadores de la industria de construcción deben todos tener derecho a las utilidades sobre el capital de las empresas. Los directores, gerentes y administradores de las empresas son tan sólo administradores del capital obrero, y se les debe tratar de igual a igual como a cualquier obrero, estos señores también deben tener derecho a las utilidades de las empresas lo mismo que cualquier otro trabajador.

El Partido Socialista Cristiano Latino-americano (POSCLA), considera que la justicia distributiva debe ser igual para todos. Es justo que los trabajadores eventuales tengan derecho a participar en el reparto de utilidades habiendo trabajado por lo menos un mes porque la repartición entendida sabiamente debe ser mensualmente. La utilidad repartible se dividirá en dos partea iguales. La primera se repartirá entre los trabajadores. La segunda se dejará para fondos de la empresa.

Deben tener en cuenta los trabajadores, la necesaria e indispensable reinversión de capitales con el propósito inteligente de no dejar agotar el capital de la empresa. Consideramos que el salario del trabajador nada tiene que ver con el reparto de utilidades. Consideramos que el aguinaldo que en algunos países se le da al trabador, nada tiene que ver con el reparto de utilidades. Consideramos que los trabajadores deben saber defender sus derechos porque los señores capitalistas particulares son muy astutos, recordemos que el capital particular es cruel y despiadado.

Ya en algunos países los capitalistas astutos y perversos hacen repartición de las utilidades muy a su gusto y  maliciosamente, pero a final de año y suprimiendo el aguinaldo. Estos trucos de los capitalistas solo sirven para prepararle el terreno al abominable comunismo marxista-leninista.


Desgraciadamente muchos gobiernos ya han legislado de acuerdo con los intereses egoístas de los capitalistas particulares. Los gobiernos de la América Latina deben definir matemáticamente el porcentaje exacto para el reparto de utilidades. Todo gobierno debe crear una comisión nacional para estudiar este asunto del reparto de utilidades y el porcentaje que se debe dar a cada trabajador.

Conceptuamos que deben quedar exceptuadas de esta ley sobre el reparto de utilidades, las instituciones humanitarias debidamente reconocidas y las instituciones privadas o públicas que trabajan con fines culturales, asistenciales y de beneficencia.

Los trabajadores son socios industriales y no esclavos y por ello tienen pleno derecho a estudiar en asamblea todos los problemas relacionados con la administración de sus empresas. El salario por muy bueno que sea no alcanza jamás a pagar al trabajador toda la cantidad de trabajo que realiza sea que trabaje en empresas particulares o del Estado.

Mientras las empresas para desgracia del trabajador se encuentren en manos de capitalistas particulares, o en las del peor capitalista, es decir el Estado marxista-leninista. Es claro que el trabajador perderá todo su trabajo no pagado que es la rica fuente de ganancias del capitalista. 

Todas las mercancías que produce el trabajador se convierten en dinero que el capitalista se roba. 

El capitalismo estatal y el capitalismo particular son dos espantosos y horribles ladrones que se roban el capital y el trabajo de los trabajadores. Ha llegado la hora de que los trabajadores combatan por sus derechos, es necesario saber que los trabajadores tienen armas maravillosas para luchar contra los tiranos: huelgas, tortugismo, paros totales, etc., lo importante es unirnos para la lucha porque la unión hace la fuerza.

El capital debe ser propiedad de los trabajadores porque ellos lo forman y acrecientan. Mientras exista la diferencia entre poderosos y necesitados, entre ricos y pobres, entre capitalistas y proletariados, es lógico que tendrán que existir conflictos, y revoluciones de sangre y aguardiente, y guerras de toda especie. Si realmente queremos que los pueblos de la tierra vivan en paz, si queremos pueblos verdaderamente democráticos y progresistas, debemos acabar con todas esas diferencias. 

Es necesario que patrones y obreros sean razonables, que sepan manejar el capital colectivo de toda empresa.

Es necesario que dentro de cada individuo exista la paz, porque habiendo paz, se resuelven con facilidad todos los problemas. 

El individuo debe ser sincero consigo mismo y comprender que sus defectos psicológicos dañan al prójimo. Si el individuo quiere tener paz, debe comprender sus propios defectos y acabar con la codicia, el egoísmo y el orgullo. Necesitamos acabar con la crueldad, no debemos explotar a nadie ni tampoco dejarnos explotar, recordemos que el capitalismo es cruel y despiadado. Recordemos también que el marxismo-leninismo es cruel y despiadado. Mientras exista la crueldad en el individuo, no 
puede haber paz. Inútilmente lucharán muchas sociedades por la paz, mientras exista la crueldad, la codicia, el egoísmo, el orgullo, etc., dentro del individuo.

El Estado no trabaja el capital, el capital no puede ser del Estado. El capitalista no trabaja el capital, quien trabaja el capital es el trabajador. El dueño legítimo del capital es el trabajador, o mejor diremos, los trabajadores. Los dos peores enemigos que tienen los trabajadores, son el capital privado, el cual es un robo, al pueblo, y el capital de Estado, el cual es también otro robo al pueblo. Los capitalistas y los comunistas roban al pueblo, el capital es del pueblo y para el pueblo, todo aquél que le robe al pueblo su capital es de hecho ladrón y tirano. Benito Juárez dijo: “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Hablando con toda sinceridad, podemos afirmar que ni los capitalistas ni los comunistas han sabido respetar el derecho ajeno.

Los señores socialistas marxistas-leninistas aspirantes a comunistas como ellos mismos lo afirman con ínfulas de sapiencia política, además de robarle al pueblo su capital, además de despojar a los gremios obreros de sus derechos sobre el capital, han acabado también con la libre iniciativa y la libertad política. 

Los hombres verdaderamente amantes de la libertad deben defender los derechos de los trabajadores, necesitamos defender nuestro derecho.

Debemos acabar para siempre con aquello de la explotación del hombre por el hombre y crear una verdadera democracia, sólo la democracia puede salvarnos de la peste nauseabunda del comunismo y de la tiranía estúpida del capitalismo. No debemos explotar, ni dejarnos explotar, el capital es de los trabajadores.

El pasado es pasado y los tiempos cambian, ahora es mejor comprender el punto de vista ajeno y darles a los trabajadores lo que es de ellos. “A Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar”.