miércoles, 27 de junio de 2012

¿Cuánto nos cuesta la ayuda del Tío Sam?


Desde muchísimos años hemos venido escuchando cómo los Estados Unidos de Norteamérica "dona" a los países lati -americanos helicópteros, aviones, material de guerra y sobre todo millones de dólares para desarrollar programas sociales, económicos, etc., etc. Son millones de dólares para solucionar desastres ambientales, naturales, re-inserciones de miembros alzados en armas y problemas varios, pero en la práctica obser- vamos que jamás ha habido solución a ningún problema de éstos. ¿El motivo? Todo esos millones de dólares tienen una sepultura inevitablemente: Los "sótanos de los bancos" Y la "caja fuerte" de los poderosos. Sólo los privilegiados gozan de esos dineros. Las pobres meseras de restau- rantes, el humilde barrendero de las calles, el sufrido limpiador de calzado, el paciente campesino, etc., apenas si, y en forma vaga, se enteran de estas noticias relacionadas con esta cuestión de esas "donaciones". Esos millones de dólares resultan un magnífico regalo para las bolsas de los altos magistrados.

Hay un dicho vulgar que dice:
"Ante el arca abierta el más Justo peca"; pero la llave del arca la tienen siempre los poderosos. El famoso Tia Sam podra regalarle sus tesoros a la América Latina, sin que por ello termine en estas sagradas tierras de los "Hijos del Sol", el hambre y la miseria. Aparentemente, los paises latinoamericanos son libres y soberanos, pero esto no es asi, pues dependen del Tío Sam. América Latina todavía no es capaz de bastarse a sí misma, por lo que es esclava de las grandes potencias económicas.

Están equivocados aquellos que piensan que si todos los tesoros de los ricos se repartieran entre los pobres terminaría el hambre de los pueblos; pero en verdad, los tales tesoros no sólo no alcanzarían para dar a todos los pueblos, sino que además el hambre se multiplicaría. El único sistema que no fallaría para acabar con el hambre, la miseria, se llama "industrialización". Si los paises latinoamericanos se industrializaran totalmente se harían entonces libres de verdad, porque podrían bastarse a si mismos  mas. El país  que es capaz de producir todo lo que consume, y además lo que no alcanza a consumir se convierte en exportador. El país que no necesita importar porque puede bastarse a sí mismo, es libre de verdad

La América Latina es esclava de las potencias industriales por el hecho de no poder bastarse a si misma; los paises latinoamericanos tienen que comprar al Tío Sam mercancías de toda especie: Máquinas, aviones, automóviles, etc. El Tio Sam exige el pago con moneda de esa que circula en todo el territorio de los Estados Unidos; él no acepta otro tipo de moneda y esta moneda, en relación con las monedas de los paises latinoamericanos, es demasiado alta. Los importadores tienen que pagarle a los Estados Unidos toda la mercancía importada en dólares o con el equivalente en dólares, como si todos los países latinoamericanos fuesen Estados del territorio norteamericano.

Los consumidores tienen que comprar caro, al precio equivalente en dólares, porque los importadores no pueden importar barato. La víctima final de toda esta tragedia es el pueblo sufrido, humillado Y explotado. Ya en el pasado un estadista colombiano dijo: "La economía política no ha dado ningún resultado favorable, necesitamos crear una economía administrativa". Lo cual Indica que cada país latinoamericano debe crear su propia economía administrativa nacional. Por eso la América Latina necesita industrializarse totalmente para hacerse libre de verdad; ha llegado la hora de aprender por sí mismo. Ha llegado el momento que los pueblos Latinoamericanos comprendan la necesidad de la industrialización.

Las famosas "donaciones" que Estados Unidos de Norteamérica presta a los países latinoamericanos, no sólo no acabarán con el hambre, como hemos observado durante muchas décadas, sino que además se encuentran complicando aún más la economía  de estos pueblos. Los países latinoamericanos con esos millones de dólares contraen de hecho muy grandes compromisos con el Tío Sam. Sólo la industrialización de América Latina la hará libre de verdad.

martes, 26 de junio de 2012

¿ Qué paz estamos buscando?

               SÍMBOLO DE LA PAZ

si sabemos mirar la violencia, no sólo la exterior en la sociedad como las guerras, los motines, los conflictos nacionales, sino también la nuestra, tal vez seremos capaces de trascenderla. La violencia ha sido un problema muy complejo, pues por si­glos y siglos hemos sido violentos; las reli­giones en todas partes y en todas las épocas han tratado de domarla, pero ninguna de ellas ha tenido éxito. Este problema de la violencia, ¿está aquí o allí? ¿ Quiere us­ted solucionar el problema en el mundo exterior, o está indagando la violencia mis­ma tal como se personifica en usted? Necesitarnos comprender la violencia no como una idea, sino como un hecho que existe en el ser humano. Hemos experimentado la violencia en la cólera, la violencia en nuestros apetitos sexuales, violencia en el odio, creando así enemistades, violencia en los celos, etc. ¿Quién no la ha experimen­tado? ¿Quién no la ha conocido? Y es nues­tra obligación comprender este problema en su totalidad, no meramente un fragmen­to: el que se manifiesta en la guerra, en las masacres, en el secuestro, en el hostigamiento hacia los demás, sino esta agresión en los seres humanos, de los cuales formamos parte. 

La violencia no consiste simplemente en asesinar a otro. Hay violencia cuando usa­mos una palabra dura, cuando hacemos un gesto para echar a un lado a una persona, cuando obedecemos por miedo. De ma­nera que la violencia no es sólo la matanza organizada en el nombre de Dios, de la sociedad, de la patria, de un partido, de una ideología. Sino que la violencia es mucho más sutil, más honda. Y nosotros debemos investigar las verdaderas profundidades de la violencia. Cuando usted se señala a sí mismo como cristiano, musulmán, budista, protestante, liberal, conservador, comunista, europeo, americano u otra cosa, está actuando violentamente. ¿Sabe por qué eso es  violencia? Porque Se está separando de la humanidad restante. Cuando uno se aparta de otros por motivo de nacionalidad, creencia, o tradición, surge la violencia. Por eso los humanistas nos han dicho con gran acierto, que para intentar comprender la violencia un hom­bre debe despojarse de esas mezquindades, y que uno de los más grandes escollos para dejarla se debe a que siempre estamos presos

Tenemos  lazos fatales. Pero la pregunta que hemos propuesto es, ¿es posible erradicar la violencia en nosotros mismos? ¿Es posible a un ser humano, que viva en cualquier sociedad, echar psicológicamente la violencia fue­ra de sí mismo? Si es posible, el mismo proce­so producirá una forma diferente de vivir en este mundo. 

Es una realidad que hemos aceptado la vio- lencia como una forma de vida. Ahí tenemos dos espantosas conflagraciones mundiales que nada nos han enseñado, excepto levantar más y más barreras entre los seres _ humanos. Y ahí está la violencia, y lo que es peor, multiplicada . Algunos, a fin de liberarse de la violencia, han usado un concepto, un ideal, y pien­san que teniendo ese ideal de lo opuesto a la violencia se pueden desembarazar del hecho; pero la realidad cruda es que seguimos siendo violentos. Y así hemos tenido un sinnúmero de ideales; todas las tesis políticas, económicas y los mismos libros sagrados están llenos de ellos; sin embargo, aún somos violentos; entonces, ¿por qué no bregar con la violencia misma, olvidándonos de todo ideal o proyec­ción mental? Al fin y al cabo, el hombre real­mente serio, a quien le urge descubrir qué es la verdad de la violencia, no tiene proyección mental alguna; vive sólo en lo que es. Cuando alguien nos inspira aversión u odio, éste es un hecho aunque parezca terrible. Si se mira, si se examina completamente, el hecho cesa. Pero si se dice: «No debo odiar, debo tener amor en mi corazón», entonces viviremos en un mundo hipócrita con patrones dobles. Pero  si se vive completamente, plenamente, en el momento, en lo que se está descubriendo, vivir con o que somos, sin un sentido de con­denación ni de justificación. Entonces estalla plenitud de la comprensión sobre el hecho, que-, este termina. Cuando vemos con claridad el problema se soluciona, porque estamos mirando el asunto totalmente libres de ideologías.

Bueno, aquí hay una serie ele afirmaciones, ¿las ha entendido en realidad? ¿Por qué esta pregunta? Porque su mente está condiciona en tiene su modo de vivir, tiene la influencia de la sociedad en que vive, y todo esto y mu­chas cosas más, le impiden mirar un hecho y verse libre de él total e inmediatamente. So­bre el quedar libre de la cuestión de la violencia usted podrá decir: «Lo analizaré, vaya considerar si es posible librarme o no de ella», o, «trataré ser libre de ella». No hay eso de tratar; porque ahí está permitiendo que intervenga el tiempo mientras «la casa se quema». La casa está en llamas como resultado de la violencia en todo el mundo y en usted mismo; no obstante, usted dice: «Déjeme pensarlo, ¿qué ideología o qué acuerdo es más e­ntiende para apagar el fuego'! 0, «¿qué acor­damos para que cesen los secuestros, para extirpar las minas «quiebrapatas», para sacar a la población civil del conflicto, para no invo­lucrar a los niños y adolescentes en la gue­rra? Cuando su casa está en llamas, ¿discute usted en cuanto al color de piel del bombero que va a traer el agua"! Mientras se discute en la mesa de negociaciones de  la paz, sobre cuál es la mejor fórmula que le conviene a la derecha o la izquierda, ¿cuántos miles de muertos más debemos sepultar todavía? ¿Cuántos cientos de personas mutiladas más debemos ver por las minas "quiebrapatas"? ¿Cuántos miles de familias más deben sufrir con la tragedia del conflicto? ¿Cuantos miles de bebés huérfanos más deben padecer? No se sabe. Lo que sí se conoce es que los seño­res negociadores de la paz piensan más en sus ideologías que en la paz. 

miércoles, 20 de junio de 2012

La guerra, cuestión de carencia de inteligencia





Las gentes se hacen muchas pre­guntas sobre cómo la humanidad debe contemplar la guerra, y dicen: "¿ Por qué ha de haber guerra? Otras dicen: "¿Acaso Dios desea la guerra? " Y si Dios desea la guerra, ¿cómo puede ser Dios? Muchas personas que toda­vía tienen el libre albedrío de discernir las diferencias en la calidad de las cosas, se sienten abrumadas por los crecientes horrores de la guerra. Pero la gente, en su gran mayoría, parece ser esclava de una especie de fábrica de dolor que se ha extendido sobre la faz de la Tierra, y ven la guerra como un mal necesario para poder combatir, algunos, la insurgencia armada, el terrorismo, la violencia, y otros, como la única manera de extirpar la injusticia social de los plutócratas, etc. Pero por muchas vueltas y justificaciones que se den sobre la guerra, el origen de ésta la venimos a encontrar en el hombre mismo, pues si éste tuviera un estado superior de inteligencia, sería capaz de poner término a esos horrores innecesarios; pero esto es algo difícil, porque debido a la mecani­cidad de la forma de pensar y sentir de la humanidad, no puede llegar a ese punto superior, y así se deja ir cuesta abajo tomando el camino de la barbarie,


¿Es el hombre Inteligente? ¿Ser inteligente es igual a ser intelectual? Existen grandes intelectuales, brillan­tisimos por cierto, sin embargo son asesinos, ladrones, violentos, explotadores, etc. Un hombre intelectual puede apelar a una guerra y tomarla como excusa para combatir cualquier motivo que él considere justo; pero el hombre inteligente jamás tomaría como estrategia una guerra para com­batir la maldad venga de donde ven­ga. ¿ Es la conciencia del hombre civilizado igual a la conciencia del hombre bárbaro, de aquel que le gusta la guerra, el terrorismo, como medio para resolver los conflictos? ¿Qué grados de conciencia tiene el hombre barba­ro? Los hechos son hechos y ante los hechos tenemos que rendirnos, y es­tos demuestran que la conciencia del hombre civilizado es superior a la del hombre bárbaro, guerrerista. De tal manera que el hombre bárbaro, incul­to, aunque a veces sea un intelectual chispeante jefe de gobierno, cuando sobreviene la guerra se desprende de la Ínfima cantidad de conciencia que normalmente posee. De hecho, los pocos grados de conciencia del hom­bre bárbaro son la causa causorum para que se torne completamente de­mente, pero ignora que ignora su demencia. ¿ Un loco sabe que está loco?


El bárbaro, al contrario del civiliza­do, no usa la inteligencia, la concien­cia, pero si llegara a utilizarla, por muy ínfima que fuese ésta, seria suficiente para detener la barbarie, la guerra. Lamentablemente, los bárbaros han inventado el dogma de la guerra pre­ventiva, ofensiva, defensiva, como único modo para prevenir, combatir o defenderse de los terroristas; claro, como no poseen inteligencia para re­solver la lacra, el flagelo del terrorismo de izquierda o de derecha, entonces toman el rumbo de la brutalidad, que es el camino de la disminución de la conciencia, o sea, las gentes violen­tas se han desprendido de su con­ciencia a la cual tienen derecho.

La violencia irracional de los terro­ristas y de los que combaten el torro­rismo, es en realidad una lucha entre aquellos que creen que el hombre fue hecho para la guerra y los que creen que la guerra fue hecha para el hom­bre. Pero si la conciencia o la inteli­gencia pudiera actuar, la guerra cesa­ría. Desde luego, la guerra es la maní­festaclón espectacular de la brutali­dad. Si no damos valor a la inteligen­cia, el sentido común dice que se precipita la violencia en el ser huma­no, Es muy fácil perder la inteligencia cuando no se valora o cuando se confunde con la sagacidad o astucia de la barbarie: ¿Quién no ha escuchado el elogio de la "inteligencia de X terrorista después de un macabro y cobarde atentado, así mismo de la tan elevada conciencia de un jefe de Estado porque ha pedido, por ejemplo, al Legislativo que infle el presupuesto nacional para aumentar en miles y miles los miembros de las fuerzas armadas, o para comprar armas mor­tifieras, o cosas por el estilo?

¿Cómo valorar la conciencia? Lo que tiene valorar para la civilización es inútil para la barbarie. De la valoración de la conciencia o de la inteligen­cia, que es lo mismo, depende de la capacidad de derrotar la guerra. Los que han hecho estudios comparativos de religiones saben muy bien, que éstas poseen como principal postulado este enunciado: "Sólo con el des­pertar de la conciencia (inteligencia) se puede alcanzar la paz", La con­ciencia es fuente de amor. la barbarie se alimenta con el odio. Pero el violen­to, si es terrorista o insurgente, tiene el falso sentimiento que quien no apoya su barbarie, es "obietivo militar". y si este es un Jefe de gobierno, es "traidor a la patria". Así es como el bruto, la bestia humana, irracional, le envían este mensaje al hombre civilizado. "O vas a la guerra o vas a la guerra, no tienes otra alternativa". Pero lo más doloroso de esta situación que está acaeciendo en los actuales momen­tos que todos conociéramos como la etapa superior de desarrollo humano, es que estos brutos salvajes, ya como jefes de Estado con el uniforme de civilizados o como asesinos instinti­vos terroristas, se sienten genios, y hasta sus secuaces asi los ven y elogian; confunden su intelectualidad con la inteligencia de la cual carecen...

lunes, 18 de junio de 2012

ATRASO ECONÓMICO RELATIVO


"ATRASO ECONÓMICO RELATIVO" es el concepto básico fundamental que Alexander Gerschenkron utiliza con francos resultados positivos para explicar con claridad y precisión las características específicas, los sucesivos resurgimientos de Francia, Alemania y Rusia en el siglo XIX. El citado autor demuestra cómo cada uno de estos impulsos fue acompañado siempre por un conjunto específico de ideas relacionadas con la causa de tal o cual atraso que fue necesario remediar.
         
En el terreno de los hechos concretos de la vida práctica, se ha podido verificar que cuanto mayor ha sido el atraso, más radicales y exaltadas fueron las teorías económicas y políticas que originaron los distintos cambios históricos.
         
Tenemos que reconocer, sin embargo, que en la América Latina todo este orden de cosas ha sido muy diferente. El atraso económico de Ibero América con relación a la evolución y desarrollo económico e industrial de la Vieja Europa en el siglo XIX, ciertamente no dio lugar a la elaboración de nuevas teorías, ideas o enfoques nativos acerca de los problemas vitales de la economía y el desarrollo Industrial en cada uno de los países Indo-americanos.
         
Después de las guerras de independencia, los países Latinoamericanos sólo se preocuparon  por los problemas de supervivencia, organización y consolidación de los  Estados Centro y Sur Americanos, todo esto en medio de muchas luchas fronterizas, revoluciones de sangre y aguardiente y espantosas guerras civiles antihumanas y lo que es peor: fratricidas.
         
Realmente aunque no sea muy de nuestro agrado, tenemos que reconocer que las distintas Constituciones Nacionales de las Repúblicas Latinoamericanas, están totalmente inspiradas y hasta copiadas de la de los Estados Unidos de Norte América, mientras que las generosas ideas de la Revolución Francesa sirvieron como fundamento intelectual para las nuevas Repúblicas.
         
Un vistazo en el Panorama de Ibero-América nos permite ver por doquiera constituciones violadas, suspendidas, reformadas, pisoteadas por tantos y tantos Dictadores Militares que a base de sangre y terror han asolado esta bella tierra Indo-americana.
         
Las condiciones económicas, sociales y políticas de todos los países Latinoamericanos, están realmente divorciadas de aquellas sonoras palabras conocidas como libertad, igualdad, fraternidad.
         
En la América Latina la ideología y la realidad están separadas en forma radical y definitiva.          No podemos negar que los Latinoamericanos tengan bellas ideologías, pero desgraciadamente éstas se hallan totalmente divorciadas, de la cruda realidad de la vida practica.
         
Por estos tiempos se habla mucho sobre liberalismo y democracia pero en estas tierras Iberoamericanas, la tan cacareada Ideología liberal y democrática, fuera de toda duda sólo sirven ahora para ocultar inconfesables propósitos.
         
Los “zorros políticos” en el fondo, sólo se preocupan por su posición burocrática, por escalar mejores posiciones, por hacerse sentir, por trepar  al tope de la escalera y engañar a los pueblos Indoamericanos, con falsas promesa que no se cumplen jamás.
         
La farsa, la mentira, el engaño, gobiernan a los pueblos constitucionalmente. El daño moral ha sido tremendo y alcanza a afectar hasta las zonas más profundas de la subconciencia humana. Durante más de cien años los pueblos Latino-americanos han tenido que soportar regímenes de fuerza y violencia, pero los amos utilizan siempre  el lenguaje de libertad, igualdad y democracia para engañar a los sufridos pueblos de este hemisferio occidental.
         
En la América Latina existe un tremendo conflicto teoría y práctica, palabras y hechos, contenido y reforma.  Los Sistemas Políticos de la América Latina solo han servido para violar la Ley y el Orden.
         
El latino-americano es en el fondo muy íntimo de su conciencia, revolucionario por instinto, por naturaleza, no comulga con hostias comunistas pero tampoco acepta voluntariamente y de buena gana las cadenas de la esclavitud capitalista.
         
La gente de la América Latina tiene una psicología muy diferente, distinta a la de los europeos y norte-americanos, pero necesita además un sentido más experimentado de la vida, una mente investigadora, experimental y práctica; métodos científicos rigurosos y fines positivos claramente definidos.

domingo, 17 de junio de 2012

Los intelectuales modernos quieren hacer un mundo nuevo de acuerdo con el fantástico modelo que ellos han fabricado en su mente.

EDITORIAL


Los intelectuales modernos quieren hacer un mundo nuevo de acuerdo con el fantástico modelo que ellos han fabricado en su mente. Los líderes políticos hacen asombrosas promesas a las sufridas y hambrientas muchedumbres con el propósito de lograr el poder, y una vez satisfecha su ambición, se ríen a sus anchas del pobre pueblo imbécil. El mundo está en crisis y por todas partes hay guerras y rumores de guerras, promesas y burlas, fusilamientos y partidos políticos que se combaten mutuamente. Es absurdo suponer que podemos salir de este caos social con todas sus luchas y miserias, si individualmente no nos resolvemos de verdad a un cambio radical y definitivo.
         
Son inútiles los golpes de estado, las sangrientas dictaduras, las revoluciones de sangre y aguardiente. Si verdaderamente queremos un cambio radical absoluto, necesitamos primero cambiar nosotros mismos individualmente. Lo que nosotros somos como individuos, es el mundo. Realmente el mundo es el individuo porque el mundo es una suma de individuos. El problema del mundo es el del individuo. Si el individuo no cambia internamente, el mundo tampoco cambiará auncuando muchos lo quieran cambiar a base de doctrinas extremistas, revoluciones sangrientas, dictaduras abominables, etc.
         
Si estudiamos detenidamente nuestros problemas íntimos, tenemos que llegar a la conclusión lógica de que ningún líder puede resolvernos esos problemas. Lo que “yo soy”, es de hecho, el partido, el grupo, la familia, la sociedad, la patria. El individuo es el principio y el fin de todo orden de cosas. Si queremos una transformación radical de este mundo amargo y doloroso, necesitamos transformarnos individualmente cada uno, y en forma verdaderamente muy íntima.
         
Necesitamos con suma urgencia establecer con firmeza en nuestra mente, los valores positivos  del espíritu... Cuando los valores groseros del mundo ocupan nuestra mente, el resultado es hambre, miseria, guerra, ignorancia, enfermedades, etc., etc., etc. Sólo a base de comprensión profunda podemos resolver en forma positiva y verdadera, todos los problemas económicos y sociales que nos afligen y torturan.
         
La opresión y la explotación, la agresividad y la crueldad económica de esos tiempos, se debe al olvido de los valores eternos del espíritu. No se deshacen las tinieblas a manotazos, sino trayendo luz. Tampoco se deshace el error combatiéndolo con violencia, sino enseñando la verdad. Las doctrinas políticas establecidas por medio de la violencia, no consiguen jamás acabar con el personalismo, la codicia, la ambición, el egoísmo y la competencia. Cuando el ser humano está acorralado por la ley (Divina), busca substitutos para su propia satisfacción personal. Los substitutos se convierten en vehículos de nuestros propios errores, odios, egoísmos, celos, ambiciones, etc., etc., etc. Así las dictaduras quedan burladas.
         
 El fin del Zar y su familia Real, tuvo el substituto de Lenin, Stalin, Kruschev, y toda la camarilla del Kremlim. El capital individual tuvo el substituto del capital de Estado, y la burguesía fue reemplazada por una nueva burguesía disfrazada de proletaria. Todas las ambiciones antiguas se disfrazaron en Rusia con la Doctrina de Marx y de Lenin. Todos los vicios y maldades se multiplicaron en secreto, y se recrudeció la crueldad por la falta de los valores eternos.
         
Si nosotros amamos de verdad a la humanidad, si nosotros queremos cooperar en la iniciación de esta nueva era que está comenzando, es necesario que haya dentro de cada individuo, voluntaria e inteligente transformación íntima.

viernes, 15 de junio de 2012

LA NIÑEZ DESAMPARADA


Las investigaciones que solicita la Procuraduría General de la Nación para indagar las posibles irregularidades en los contratos suscritos por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), es el preámbulo del  destape de otra cloaca repugnante que ahoga a este país desfalcado por los politicastros que elecciones tras elecciones suben al tope de la escalera y se hacen sentir como raponeros de los dineros del hambriento y sufrido pueblo colombiano.
        
 Al ICBF, en verdad, en sí mismo, no lo podemos considerar como un Instituto idóneo para la protección integral de la familia, por lo que no da lugar al nombre que esgrime. Parece que este organismo, y eso es lo que quiere  saber la Procuraduría, se ha convertido en otro nido de corrupción, que en vez  de trabajar a favor de los millones de niños desamparados, proveyéndolos de alimentos y vestidos decentes, se encuentra ahora “ad portas” de una investigación dentro de su propio interior. ¿Cuál es el presupuesto del ICBF? ¿De qué  forma se distribuye en los municipios del país? Eso es indispensable que el pueblo conozca debido a la trascendencia del Instituto, pues de él depende el bienestar integral de la infancia.
         
El Instituto necesita  “multiplicar hasta el infinito” centros de orientación nutricional y luche tenazmente emprendiendo una gran labor para salvar al niño que deambula por las calles de la explotación laboral, de la drogadicción, del alcoholismo, de convertirse en un delincuente en todos los sentidos, de ser violado sexualmente, de degenerarse por la infrasexualidad, etc.
         
El ICBF no debe de ninguna manera ignorar que por las calles de las principales ciudades  del territorio  colombiano vagan miles de niños desamparados, huérfanos, incluso, indefensos completamente, violándoseles sus más elementales derechos, mendigando una limosna para comer y durmiendo a la intemperie, soportando con la indiferencia de la sociedad, el frío, la lluvia y las más inclementes vejaciones y humillaciones.
         
En algunos lugares, la labor del Instituto  se ha limitado a atender a unos cuantos niños que están en las escuelas, pero son muchísimos los millones de niños que no van a la escuela, que no pueden ir, ya porque sus padres no pueden mandarlos, o porque no quieren dejarlos ir. En todo el país la población escolar es muy reducida en relación con la cantidad  de niños que éste tiene.
         
Millones de padres de familia no mandan a los niños a la escuela debido a que ni siquiera la familia tiene donde dormir; por las calles vagan millones de hombres y mujeres que se encuentran en la indigencia y no pueden enviar a sus hijos a los Institutos Educativos por varios factores: hambre, desamparo total, desmoralización debido al desplazamiento, necesidad de mendigar con los niños para conseguir qué comer, necesidad de que los niños trabajen en algo para no morir de hambre ellos o su familia, etc.
         
Se necesita un ICBF que proteja de manera íntegra a la familia desvalida en todos y cada uno de sus aspectos. No es justo que la protección se extienda sólo a una clase de niños; el Instituto debe considerar el amparo a toda la población infantil; por lo que se hace cardinal que su presupuesto sea bien poderoso, muy abultado e higiénicamente administrado; claro que para eso es inevitable que sus directores tengan su mente y su corazón henchidos de verdaderos valores  espirituales, pues la sociedad no debe seguir cometiendo el crimen abyecto y miserable de abandonar a sus niños. Los criminales que de una y otra forma roban el dinero al ICBF cometen un delito de lesa humanidad, un genocidio que debe ser castigado con la máxima condena.
         
¿Es el  Instituto Colombiano de Bienestar  Familiar (ICBF) un ente idóneo que satisface las necesidades vitales más urgentes de la infancia? Son miles los niños que en este país han muerto en el más absoluto desamparo soportando con heroísmo hambre, frío y desnudez… ¿Y  dónde  está el ICBF? ¿Acaso no es un crimen de la más alta gravedad que por las lujosas calzadas de las grandes ciudades de este país vaguen semidesnudos ,hambrientos, miserables miles de niños, muchas veces perseguidos por los gendarmes que quieren llevarlos a la cárcel por un delito que no han cometido? Los colombianos necesitamos de manera inaplazable un verdadero Instituto Nacional de Protección a la Infancia, para  que los niños de este país, sean amparados de manera íntegra en el sentido más completo de la palabra.
         
El niño huérfano e indefenso no necesita albergues para “perros”; lo que necesita esta clase  de infantes son hogares colectivos, bellos hogares donde sean atendidos con todo lujo de detalles. El ICBF debe tener como acción vital la fundación de lujosos  hogares colectivos; auténticos hogares modelos llenos de belleza, ternura, elegancia…
        
Es un crimen de la peor calaña humillar a los niños desamparados encerrándolos como presos en inmundos asilos; en vez de este despropósito, podrían tener un bello porvenir en los hogares colectivos, allí tomarían orientación por sabios  psicólogos, y cada niño después de un kínder alegre en el  hogar colectivo pasaría a la escuela y demás  grados, para que se preparen a ocupar su puesto en la vida,  de acuerdo con su  aptitudes vocacionales y con el apoyo absoluto del ICBF. Algunos de esos niños vendrían a ser  médicos, abogados, ingenieros, profesores, artesanos,  obreros del hierro, albañiles, etc., cada cual según sus aptitudes.
         
En este país que se considera democrático, el ICBF debe ser un Instituto poderoso, humanista, versado, dirigido por seres con altos valores éticos de bondad, altruismo y compasión; seres comprensivos que caigan en cuenta que el porvenir de este país está en sus niños,  y si estos son abandonados por el Estado, ¿cuál puede ser el porvenir que le espera a Colombia? ¿Pueden estos niños sentirse colombianos cuando tienen privaciones, miseria,  escasez,  y que vagan por las calles mendingando?
         
El  pueblo le confiere el poder al Estado y éste debe proteger al pueblo. Los niños desamparados son del pueblo y el Estado debe cumplir con su deber protegiéndolos dignamente. El gobierno, a través del ICBF, debe establecer por doquiera bellos hogares colectivos, preciosas salas de maternidad y toda clase de servicios médicos.
         
Muchas madres que  por tales o cuales motivos que están en la miseria regalan a sus hijos; estas madres no pueden criarlos por cualquier circunstancia, siendo la más común, carencia de medios económicos;  pero en los hogares colectivos estos niños podrán ser levantados con dignidad, belleza, cariño y decoro.
         
Los infantes en los hogares colectivos  no serían considerados huérfanos, sino hijos de la patria. Todo infante levantado entre flores,  buena música, buenos maestros y maestras, nobles  doctores y cariñosas enfermeras,  de hecho recibirán magníficos principios que  los convertirían en ciudadanos ejemplares.
         
El ICBF tiene por delante una maravillosa labor por realizar. El gobierno actual debe empezar esta tarea;  ya ésto eso perentorio e ineludible...
         
El Gobierno carece de caridad y cualquier  cuestión que da para favorecer a la infancia se llega a sentir inmensamente satisfecho de su gran caridad Pero en verdad no existe compasión para los infelices niños que huérfanos deambulan hambrientos y desnudos por las calles. Para ellos no hay lujosos colegios, ni bellos vestidos. En verdad la crueldad que cada ser humano lleva dentro, se expresa fuera como falta de legítima  caridad para los desamparados.
         
El individuo es cruel y malvado, y así es la sociedad que él mismo ha creado. Se necesitan grupos de damas y caballeros verdaderamente caritativos que se asocien para brindar a estos niños pobres, elegantes y bellos hogares infantiles, hermosos colegios y resplandecientes comedores. Es obvio que esto sería un hecho si cada dama o caballero se haga consciente de su propia crueldad; sólo cuando se comprenda que somos egoístas y crueles, desaparecerá la crueldad en forma clara y espontánea algo nuevo: Ese algo es la verdadera caridad consciente.
        
 Se necesita con suprema urgencia un gobierno auténticamente caritativo, democrático que trabaje por la niñez  desamparada y afligida. Sólo así es posible que el gobernante, el ICBF brinde a estos pobres niños pan, abrigo y refugio. Estos bellos niños son también seres humanos. Ellos no son menos que nadie, son tan humanos como los niños rico, son tan hermosos como los hermosísimos niños elegantes. Tienen los mismos derechos de los ricos y la sociedad debe reconocerles sus derechos.
         
La crueldad para con  estos niños no admite justificación. Al respecto, ¿qué  hacen  los devotos de todas las religiones, los hermanos de todas las Escuelas, Órdenes, Logias y Sociedades Esotéricas? ¿Porqué no toman la iniciativa y se asocian para resolver este problema de la infancia desamparada? ¿Cuándo vamos a practicar la caridad enseñada por lo Maestros y Sacerdotes de todos los tiempos? En verdad las palabras que se dijeron entre el arrullo de las palomas bajo los sagrados pórticos de todos los templos, deben ahora convertirse en realidad concreta.
         
El POSCLA asegura que la caridad consciente es el bálsamo milagroso que puede consolar nuestro adolorido corazón. ¡Cuán doloroso es ver a los niños pobres, sucios, miserables y descalzos andando por los lujosos calles de las metrópolis¡ Se necesita de manera impostergable que los miembros de todas las religiones, los devotos de todas las sectas, los obreros de todas las fábricas, la gente de todas las industrias, se asocien y trabajen por estos infelices.
         
El Gobierno colombiano que presume de ser civilizado y dizque muy cristiano, abandona a los niños y los deja vagar por las calles hambrientos y desamparados. ¡Cuán lejos  está  el ICBF de haber entendido al Cristo cuando dijo: “Dejad que vengan los niños a mí porque de ellos es el reino de los cielos”! ¡Cuán lejos se encuentra la sociedad colombiana de comprender lo que significa realmente ser cristiano! Ha llegado la hora de realizar urgentemente el Cristianismo Socialista

lunes, 11 de junio de 2012

UNO ES RESPONSABLE DEL MUNDO



Através de las edades, el ser humano ha venido buscando algo más allá de sí mismo, más allá del bienestar material, lo que llamamos Verdad, Dios, Realidad, un estado sin temporalidad, o sea, algo que no puede ser perturbado por las circunstancias, por el pensamiento o por la corrupción humana.
         
El ser humano se ha planteado siempre el interrogante: ¿Qué significa esto que llamamos vida? ¿Tiene la vida algún significado? Ve la enorme confusión de la vida, las brutalidades, las revoluciones de sangre y aguardiente, las guerras, la división interminable de las religiones, ideologías y nacionalidades, y con un sentimiento de continua y profunda frustración, se pregunta: ¿Qué  ha de hacer uno? ¿Qué cosa es esto que llamamos vivir? ¿Hay algo más allá?  A veces  dice: “He encontrado a Dios, al Padre, al Cristo”. Pero realmente no ha encontrado nada de inconmensurable, sino unas opiniones sobre ello, es decir, confunde los conceptos con la realidad. Y así, de esa manera auto-engañosa, cultiva la creencia  en un Salvador, en un ideal, pero la creencia invariablemente engendra violencia.
         
La pregunta de si hay o no hay Verdad o Dios, o como se llame, nunca puede ser  contestada por los libros, por los sacerdotes, filósofos o salvadores. Nadie ni nada puede contestar la pregunta, sino usted mismo y para ello, debe usted conocerse. 

La inmadurez se origina en la total ignorancia de uno mismo. El conocimiento de uno mismo es el principio de la sabiduría. ¿Qué es usted? Usted como personalidad es una  entidad local que vive en un país determinado, que pertenece a una cultura particular, a una sociedad particular y a una religión particular. Pero otra cosa es la Conciencia… que está  dondequiera. 

La personalidad humana es la pequeña entidad condicionada, frustrada, o satisfecha con sus pequeños dioses, sus pequeñas tradiciones; mientras que la Conciencia está interesada en el bien general, en la desdicha de los demás y la confusión del mundo.
         
Nuestra persona, es lo que hemos sido por  millones de años: colosalmente codiciosos, envidiosos, agresivos, celosos, impacientes, mentirosos, lujuriosos, violentos, con destellos ocasionales de gozo y afecto. Somos una mezcla extraña de odio, temor y gentileza. Somos a la vez violentos y pacíficos, pero condicionalmente. 

Ha habido un progreso exterior desde el carro de bueyes al avión, pero psicológicamente, como persona, no ha cambiado en absoluto, y la estructura de la sociedad en el mundo es su creación. La estructura social  exterior es resultado de la estructura psicológica interna de nuestras relaciones humanas; porque la persona es el producto de la experiencia total, el conocimiento y la conducta de cada uno de nosotros.    
         
Cada uno de nosotros es el almacén de todo el pasado. En la persona se expresa toda la humanidad. La historia completa del ser  humano está escrita en nosotros mismos. En la comprensión de todo esto está la verdad, y usted puede comprobarla si sabe mirar estas cosas en su vida. Y usted puede mirarlas a través de una ideología o de una pantalla de palabras, o a través de esperanza y temores. Cuando se da cuenta de esto, comprenderá que usted y nadie más es responsable del mundo y de sí mismo, por lo que piensa, por lo que siente, por su modo de actuar, entonces toda lástima de sí mismo desaparece.  Normalmente herimos echando  la culpa  sobre los otros, lo cual es una forma de autocompasión.
         
Cuando usted se dé cuenta de su condicionamiento, comprenderá la totalidad de su mente. La mente es el campo total donde funciona el pensamiento y existen las relaciones. Todos los motivos, intenciones, deseos, placeres, temores, inspiraciones, anhelos, esperanzas, penas, alegrías… están en este campo. Pero nosotros a través de los incontables siglos y por la acción del “Yo” psicológico, hemos dividido la mente en “activa” y “latente”, en el “nivel superior” y en el “nivel inferior”, esto es, en la superficie: todos los pensamientos, sentimientos y actividades diarias; y debajo de ésto, la llamada subconciencia donde están las cosas con las que no estamos familiarizados y que se manifiestan  ocasionalmente por medio de ciertas insinuaciones, sueños y percepciones confusas.
         
Nos ocupamos de un pequeño rincón de la mente donde pasamos casi toda nuestra vida, pero no sabemos cómo penetrar en el subconsciente con todas  sus motivaciones, sus temores, sus cualidades raciales o heredadas. Pero ese subconsciente también es tan trivial y confuso como la mente superficial; igual de estrecho, condicionado y falso como el oropel.
         
Ahora bien, ¿es posible que nos demos cuenta cabalmente de todo el campo de la mente y no sólo de una parte, de un fragmento? Si usted se eleva a un estado interior de Auto-conciencia de sí, estará actuando con atención completa y por lo tanto podrá  descubrir la totalidad de la mente. Es importante que se comprenda esto, porque cuando usted se da cuenta por completo de todo el territorio de su mente, no hay fricción, no hay conflicto, etc.
         
Vivimos en fragmentos: usted es una cosa en la oficina y otra en la casa, habla de democracia, y en su corazón es autócrata, habla de amar a su vecino, pero lo mata con la competencia, dice respetar a su cónyuge pero lo ultraja con sus celos; dice amar a sus hijos pero los irrespeta con su mal ejemplo y sus palabras groseras… ¿Se da cuenta de esta existencia fragmentaria en usted mismo? ¿Es posible mirar la totalidad de la mente, de manera completa? Lo cual demostraría que somos seres que queremos cambiar.
         
Sólo hay un modo de mirarnos: Mirarnos  inmediatamente, totalmente sin contar con teorías, supuestos, hipótesis, dogmas. Y sólo podemos ver la totalidad de uno mismo cuando nos observamos a sí mismos; en ese estado de Conciencia de sí vemos la totalidad de la mente y no un fragmento.
         
Pero la mayoría de la gente no puede, porque nunca se observa, nunca  mira en realidad el problema, y por eso culpan a otros, o explica de alguna manera las cosas, o se asustan al mirarlas. Pero cuando usted se observe totalmente, pondrá toda su atención, todo su Ser, todo lo que es, y entonces no habrá lugar para el temor, ni para la contradicción, ni, por lo tanto, para el conflicto y la contradicción.
         
En el estado de ser consciente de sí vamos  directo al auto-conocimiento. Ese estado de ser consciente nos torna atentos, sería como vivir con una serpiente venenosa en nuestra habitación: Vigilaríamos cada movimiento y estaríamos muy, muy sensible al más ligero ruido que hiciera. Tal estado de atención es Conciencia en acción; en ese estado de ser consciente la totalidad de nuestro Ser se revela, se muestra en ese instante…
         
Cuando usted se ha mirado así tan hondamente, podrá  penetrar a mayor profundidad. Entonces ya no vamos por la vida tanteando; nos moveremos en una dimensión totalmente distinta. La dimensión donde hemos pasado la vida, que es dolor, placer y temor nos ha condicionado, ha limitado la naturaleza de la mente, y cuando el dolor, el placer y el temor han desaparecido, entonces como un río cantarín de agua pura, adviene el conocimiento propio; allí no hay conflicto, ni sentido de separación de los otros.
Entonces hemos llegado al estado de plenitud…