La masacre cometida en zona rural al norte del departamento de Antioquia en días pasados, nos deja cavilando muy seriamente en nuestro país. Al consultar las estadísticas de criminalidad de los países latinoamericanos nos sorprende sobremanera de ser éste uno de los más violentos y destructivos de vida humana, y lo que es peor, parece que vamos alcanz ando un nivel aberrante en esta materia dantesca.
Matar jamás ha resuelto ningún problema. Con matar a una persona no se
resuelve nada; pero sí cae sobre el asesino el oprobio de ser un sujeto
corrupto, un degenerado en franco estado involutivo; ciertamente es un
enemigo de la sociedad, de la civilización y de la cultura.
Matar a
un ser humano es algo demasiado rudo, tosco, monstruoso, abominable. El
asesino es una máquina inconsciente, estúpida, que despedaza a sus
semejantes con la finalidad execrable de satisfacer sus pasiones
bestiales, como el odio, la venganza, la ira, el rencor, el amor propio
herido, los celos, el robo, etc., etc.
Ninguna forma de asesinato
puede tener justificación alguna. Con matar a otro no se resuelve ningún
problema en la vida. Matar huele a canibalismo, a vida de cavernas, a
bestialidad del peor tipo, a arco, a flecha, a lanza, a orgía de sangre,
es a todas luces incompatible con la civilización. Todos los asesinos
son cobardes, medroso.
En estos momentos de crisis mundial y de
bancarrota de los todos los valores éticos y morales, toca a los
maestros y maestras de Escuelas, Colegios, Universidades, enseñar a sus
alumnos y alumnas la verdad sobre el asesinato. Deben llevar a sus
alumnos y alumnas a experimentar conscientemente la entropía psicológica
en que se encuentra el asesino.
Si las gentes tuvieran plena
conciencia de lo que es esta tremenda verdad de asesinar, si los
Maestros y Maestras supieran educar sabiamente a sus discípulos y
discípulas, ningún ciudadano se dejaría llevar por los pensamientos
espurios y las emociones negativas, que los encaminan hacia el
asesinato.
Un nuevo tipo de educación hay que impartir en estos
instantes de decadencia social y política, donde lo más importante ha de
ser el desarrollo de la ética y la mora más que aprender a leer o
escribir, o repetir como grabadora las materias del plan escolar, porque
¿qué hacemos con un médico, un abogado, un ingeniero, un técnico en
cualquier tópico, etc., que tenga grandes conocimientos pero es capaz de
asesinar?
Debe impartirse ahora mismo en todas las Escuelas,
Colegios y Universidades, una educación que revolucione a la
Inteligencia, a la Conciencia que es lo más digno que tiene todo ser
humano, porque es precisamente desde los bancos de la Escuela, donde se
debe trabajar para la Paz. Es urgente que las nuevas generaciones se
hagan plenamente conscientes de lo que es la barbarie de matar, de
despedazar un cuerpo humano…
En las Escuelas, Colegios,
Universidades, debe ser analizado y comprendido a fondo lo que es la
enemistad y el asesinato en todos sus aspectos.
Los jóvenes no
deben dejarse convencer por la propaganda belicista, ni por las razones
de los “viejos”, porque a una razón se le opone otra razón y a una
opinión se le opone otra, pero ni los razonamientos ni las opiniones son
la verdad sobre la guerra, sobre el asesinato, sobre las matanzas.
Lo importante no son los razonamientos sobre la guerra, sobre la
violencia, sobre las masacres y cosas parecidas, sino experimentar la
verdad de lo que son estos antivalores humanos, esta decadencia…
“Es imposible experimentar la verdad del no matar –dice S.S. Dalai
Lama-, si excluimos la meditación íntima profunda. Sólo la meditación
muy profunda puede llevamos a experimentar la verdad sobre el impulso
asesino”.
Los Maestros y Maestras no sólo deben darles información
intelectual a sus alumnos y alumnas. Los maestros deben enseñar a sus
estudiantes a manejar la mente, a experimentar la verdad….
No hay comentarios:
Publicar un comentario