martes, 24 de abril de 2012

¿Dónde están las instituciones?

¡PUEBLO LATINOAMERICANO! UNÍOS COMO HERMANO HOY MÁS QUE NUNCA, PARA COMBATIR CON LAS ARMAS DE LA INTELIGENCIA, EL CAPITALISMO DE ESTADO Y EL CAPITALISMO PRIVADO, QUE OS EXPLOTAN Y CONDENAN AL HAMBRE Y A LA MISERIA.



Los organismos de control del Estado mediante sus pesquisas, han venido demostrando que la mayoría de las instituciones gubernamentales del país están en crisis moral; y como esas instituciones están formadas por individuos y lo que es el individuo son las instituciones, entonces, éstas se encuentran en banca rota moral debido a la ausencia de amor, generosidad. veracidad, altruismo, etc., de sus gerentes y directores. Carecen estas instituciones de jefes de intachable idoneidad ética. Y así tenemos que las instituciones que tienen a su cargo, entre otras, la niñez del país, la seguridad social, la seguridad nacional, la defensa de las leyes, de la vida… se encuentran en declive absoluto.

Los estudiosos de este asunto han coincidido en afirmar que la generalidad de estos directores provienen de hogares formados en un ambiente social alienado y materialista, en donde hacer dinero y trepar al tope de la esclarea es la principal preocupación; estos han crecido en hogares donde las inter-relaciones familiares los relegó a simples formas y cuya preocupación paternal sólo era imponerlos en la ponderación del prestigio, de la influencia social y del capital, negándoles por lo menos, aunque fuese superficialmente, un toque de honestidad, de recato, de vergüenza, Los expertos en esta cuestión han indicado que la educación tradicional que recibieron estos seres perturbados y perturbadores, les impuso una condición social espuria y una religión despótica, y aun cuando contradictorio, prosaica, que los llevó a eclipsar los reales valores del espíritu; esta es la principal raíz de los problemas mentales de estas personas.

Sin duda alguna, la senda del servicio a los demás es sincera y magnífica, pero cuando somos manejados por valores inhumanos se pierde ese camino. La voracidad infrahumana envenena la mente y se infiltra en las personas como una fuerza egoísta; cargando consigo mezquindades que lastiman a las gentes más vulnerables de la sociedad; por eso esa senda de servicio que debe ser la arteria principal nutridora del buen gobernante, exige la necesidad de estar pletóricamente cargado de espíritu humano; este es el motivo por el cual se le pide a estos directores y gerentes, la amabilidad y la cortesía de la inteligencia; sin estas facultades las instituciones que dirigen se tornan violentas y violadoras de los derechos humanos.

Eso es lo que se encuentra angustiando e intranquilizando a los colombianos, pues estas personas por falta de valores éticos y de capacidad para el razonamiento lógico, inobservan la Constitución, sus principios y los instrumentos internacionales sobre el respeto al derecho ajeno que obvian los principios generales de justicia social.

La sociedad colombiana viene clamando desde siempre para los cargos directivos de esas instituciones, gente con excelente reputación en cuanto a integridad: recato, vocación de bondad, valientes y dispuestos a servir aunque se caiga el cielo.

No cabe duda que a estas élites sólo les interesa beneficiarse de los caudales públicos; sinceros equivocados que piensan que gobernar es nada más que incrustarse en el Estado. A través de muchas décadas el pueblo ha soportado a una casta gubernamental que con sus actos atroces ha conseguido cimentar en el pueblo una cultura de humillación, de dolor, de “aguante”. Tal vez por eso los gobernantes continúan más allá de su campaña eleccionista, con sus promesas, con sus engaños sistemáticos para soslayar el no poder favorecer al proletario urgido de soluciones. La única obra eminente de un gobierno es el servicio; sólo allí reside cualquier esperanza por tener días mejores. Y en el consabido deber del servicio a los demás por parte de los gobernantes, los colombianos están huérfanos…
         www.acegap.org

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